martes, 1 de mayo de 2007
LA AMANTE: LA QUE AMA
¿Quién es la amante? Al parecer es una figura propia de las culturas monogámicas, la perfecta ruptura del paradigma que insiste en la exclusividad del amor. Parece un juego de contrarios, justo donde se cree que el orden es la fidelidad, aparece la evidencia de una realidad contradictoria.
De la mujer que encarna el personaje de la amante se ha dicho de todo, que es una mujer fácil, sin escrúpulos, cuya misión es destruir matrimonios como si se tratase de un objetivo militar. Fría de sentimientos, manipuladora y absolutamente pecaminosa en la cama. Sus artimañas sexuales son capaces de enredar al más fiel de los hombres, quita maridos, embruja, hace llamadas a media noche y tiene los efectos devastadores de una bomba nuclear sobre la desprevenida familia de la víctima.
Nunca dice que no y siempre está dispuesta a complacer al hombre casado, porque si algo tiene de particular una amante es que se enamora de hombres casados. No se enamora de un hombre…, ella se enamora de un hombre casado.
Hay mujeres buenas y mujeres malas, eso es claro. Incluso, a veces, en una misma mujer, las dos polaridades están latentes. La amante es una mujer absolutamente satanizada, representada por la maldad, la lujuria y el egoísmo. La esposa, absolutamente sacralizada, aparece como sinónimo de abnegación, sacrificio y buenas costumbres. Un papel virtuoso, pero casi rayando con la estupidez y el aburrimiento.
La noticia es que ni todas las amantes son tan malas, ni todas las esposas son tan buenas. Ni las una son tan perversas, ni las otras tan tontas. Ni unas son las víctimas, ni las otras las victimarias. La realidad afortunadamente es más compleja, y más allá del tele novelesco asunto del libreto antagónico, ambas son simplemente mujeres en circunstancias distintas de la vida.
Una máxima que he escuchado en algunas mujeres, es: Yo no me meto con hombres casados. Y en realidad procuran evitarlo, pero he tenido a varias al frente confesándome lo inmanejable que fue la situación una vez se enamoraron y su máxima de poco les sirvió.
Ahora, las esposas engañadas se asumen a veces como un gremio, y eso es tan patético como decir que existe el gremio de las mozas. Como si fueran las víctimas del engaño y como si odiaran con pasión a todas las mujeres que se meten con sus maridos. Odian en conjunto. Como si olvidaran que cada historia es un mundo aparte y cada historia tiene sus propios matices.
En realidad intento recordar el hermoso sentido de la palabra “amante”. Amante: quien ama. Y si es así, todas las mujeres, independiente a nuestro estado civil, deberíamos ser un poco amantes, no para soportar situaciones insoportables, sino para amar.
De los hombres, ni que decir. Un hombre que engaña a su esposa merece la condena, lo que pasa es que no sé que más condena que aquella que estar enamorado de una mujer que tiene que esconder, que tener miedo de perder su familia y tener que ingeniarse cada llamada oculta con el miedo de ser descubierto.
Puede que merezca más que eso, que merezca el repudio de sus hijos, la mala cara de la suegra y una úlcera por estrés. Hay hombres de hombres, unos infelices que son infieles naturales, otros que se sancionan más ellos mismos que cualquier otra persona. Lo único que sé, es que no todos los hombres son infieles, ni todos los infieles son tan felices, el mundo es un lugar difícil de comprender.
Mi recomendación: evite enamorarse de un hombre casado…, huya, corra mientras pueda…, aunque después tenga que vivir con la incertidumbre de que probablemente ese era el amor de su vida. Entonces, jamás lo sabrá. Definitivamente en temas tan complejos como estos, no hay recomendaciones válidas. Mida las consecuencias de sus actos, la decisión que tome hágala desde la más profunda convicción, responsabilidad, y con el más sublime amor por ese hombre y sobre todo por usted misma.
De la mujer que encarna el personaje de la amante se ha dicho de todo, que es una mujer fácil, sin escrúpulos, cuya misión es destruir matrimonios como si se tratase de un objetivo militar. Fría de sentimientos, manipuladora y absolutamente pecaminosa en la cama. Sus artimañas sexuales son capaces de enredar al más fiel de los hombres, quita maridos, embruja, hace llamadas a media noche y tiene los efectos devastadores de una bomba nuclear sobre la desprevenida familia de la víctima.
Nunca dice que no y siempre está dispuesta a complacer al hombre casado, porque si algo tiene de particular una amante es que se enamora de hombres casados. No se enamora de un hombre…, ella se enamora de un hombre casado.
Hay mujeres buenas y mujeres malas, eso es claro. Incluso, a veces, en una misma mujer, las dos polaridades están latentes. La amante es una mujer absolutamente satanizada, representada por la maldad, la lujuria y el egoísmo. La esposa, absolutamente sacralizada, aparece como sinónimo de abnegación, sacrificio y buenas costumbres. Un papel virtuoso, pero casi rayando con la estupidez y el aburrimiento.
La noticia es que ni todas las amantes son tan malas, ni todas las esposas son tan buenas. Ni las una son tan perversas, ni las otras tan tontas. Ni unas son las víctimas, ni las otras las victimarias. La realidad afortunadamente es más compleja, y más allá del tele novelesco asunto del libreto antagónico, ambas son simplemente mujeres en circunstancias distintas de la vida.
Una máxima que he escuchado en algunas mujeres, es: Yo no me meto con hombres casados. Y en realidad procuran evitarlo, pero he tenido a varias al frente confesándome lo inmanejable que fue la situación una vez se enamoraron y su máxima de poco les sirvió.
Ahora, las esposas engañadas se asumen a veces como un gremio, y eso es tan patético como decir que existe el gremio de las mozas. Como si fueran las víctimas del engaño y como si odiaran con pasión a todas las mujeres que se meten con sus maridos. Odian en conjunto. Como si olvidaran que cada historia es un mundo aparte y cada historia tiene sus propios matices.
En realidad intento recordar el hermoso sentido de la palabra “amante”. Amante: quien ama. Y si es así, todas las mujeres, independiente a nuestro estado civil, deberíamos ser un poco amantes, no para soportar situaciones insoportables, sino para amar.
De los hombres, ni que decir. Un hombre que engaña a su esposa merece la condena, lo que pasa es que no sé que más condena que aquella que estar enamorado de una mujer que tiene que esconder, que tener miedo de perder su familia y tener que ingeniarse cada llamada oculta con el miedo de ser descubierto.
Puede que merezca más que eso, que merezca el repudio de sus hijos, la mala cara de la suegra y una úlcera por estrés. Hay hombres de hombres, unos infelices que son infieles naturales, otros que se sancionan más ellos mismos que cualquier otra persona. Lo único que sé, es que no todos los hombres son infieles, ni todos los infieles son tan felices, el mundo es un lugar difícil de comprender.
Mi recomendación: evite enamorarse de un hombre casado…, huya, corra mientras pueda…, aunque después tenga que vivir con la incertidumbre de que probablemente ese era el amor de su vida. Entonces, jamás lo sabrá. Definitivamente en temas tan complejos como estos, no hay recomendaciones válidas. Mida las consecuencias de sus actos, la decisión que tome hágala desde la más profunda convicción, responsabilidad, y con el más sublime amor por ese hombre y sobre todo por usted misma.
Etiquetas:
amantes,
infidelidad,
prejuicios
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10 comentarios:
No he visto tanta profundidad en un comentario relacionado con este tema como el que incluye la Dra Claudia Ayola en este Blog. El comentario lo hago porque soy el mas fiel y vehemente defensor de la institucion mal llamada los Amantes. Poseo (dije poseo?) una amante hace ya 21 años y he sido el tipo mas dichoso y desdichado. Pero si lograra poner estos sentimientos en una balanza pesaria mas lo primero. Viva la institucion de los Amantes. Pediré al vaticano que nos tenga en cuenta para la proxima beatificacion.
Cordialmente,
HECTOR DANILO
No he visto tanta profundidad en un comentario relacionado con este tema como el que incluye la Dra Claudia Ayola en este Blog. El comentario lo hago porque soy el mas fiel y vehemente defensor de la institucion mal llamada los Amantes. Poseo (dije poseo?) una amante hace ya 21 años y he sido el tipo mas dichoso y desdichado. Pero si lograra poner estos sentimientos en una balanza pesaria mas lo primero. Viva la institucion de los Amantes. Pediré al vaticano que nos tenga en cuenta para la proxima beatificacion.
Cordialmente,
HECTOR DANILO
QUERIDA CLAUDIA ME ENCANTO TU ARTICULO , NO SOLO DEJA VER LA REALIDAD D LA MUJER EN SI, SI NO TAMBIEN D MODERNIZAR O ACTUALIZAR NUESTRAS COSTUMBRES Y PENZARES; POR MI PARTE D AHORA EN ADELANTE QUEDARA CANCELADA LA PALABRA ESPOSA, AHORA SERE LA COMPAÑERA ,AMANTE,YA AVECES ME SENTIA INCOMODA CUANDO DECIA SOY LA ESPOSA D... YA Q SONABA COMO BASTANTE PERTENECIENTE A... ,GRACIAS MI NIÑA POR TUS MARAVILLOSOS ARTICULOS.
Hola Claudia ...Soy Amante y es un rol que no esperaba desempeñar.A este hombre lo estoy queriendo,me ha ganado me ha tomado con su afecto. No conozco a su familia,ni me interesa, el me da un beso en la frente y le cuesta contenerse en publico para demostrar su afecto..a mi me pasa lo mismo...nos conociamos de años en la universidad y todo surgió poco a poco... lo unico que se, es que lo que el siente por mi..es mio no puede darselo a nadie mas aunque apareciera otra u otras o a su misma esposa , lo que él siente me pertenece, es un sentimiento exclusivo para mi. Las mujeres creemos que los hombres son cosas ,objetos... y creo que nadie le quita nada a nadie ademas creo que son seres humanos con tremendas fallas y po supuesto virtudes. Una ultima cosa quiero agregar,este hombre tiene un matrimonio normal, no habla mal de su esposa ...pero hay un deterioro en su relación,un desgaste ..tengo una pregunta ..¿Por que algunos hombres casados ,cariñosos y con una vida normal de pareja se entusiasman e incluso se llegan a enamorar de otra persona? por que? Andrea(la chicuela) (Venezuela)Gracias
Gracias Claudia por hablar con tanta objetividad acerca de este tema que tradicionalmente ha polarizado nuestra posición de mujeres y nos ha colocado en extremos opuestos. Yo pienso que ciertamente no podemos juzgar a todas las amantes por igual, por lo general detrás de cada amante hay una larga historia de soledad vacío afectivo, autoestima deteriorada que las lleva a refugiarse en los brazos de un hombre casado y estos hombres a veces se enamoran y sufren de igual forma. La realidad es más compleja y cada situación es diferente.
La amante siempre se le llama a la mujer que se mete en medio de las relaciones, pero en cierta manera tambien es la mujer que ama.
La amante es aquella que te da lo que no te da la mujer.
Dude I have to say I'm so glad to find your blog, even though I did it by a fluke. The information posted here is interesting and entertaining. In short, a really nice blog.
bueno el asunto del amante es algo tan viejo como la historia misma, he aqui el ejemplo de los muchos que han caido en este juego de pasiones y mentiras, y han terminado como victimas de la circunstancias, recordemos al heroe Aqueo Agamenon quien fuese ejecutado por su esposa y su amante.
Hola Claudia yo soy la amante y ya no se si lo amo por que me trata de la manera mas vil que alguien pueda hacerlo y siempre tengo que estar dispuesta cundo el asi lo quiera pero lo peor no es eso, lo peor es que sigo ahí no se como ya decidr no siento que me estoy volviendo loca por un lado se que estoy mal y por el ofro no puedo alejarme de el Que hago?
quisiera que m ayudara llevo 1 ano 6 meses con mi novio tenemos un bebe d seis meses y ase un mes recibi un mensage que tiene otra mujer embarasada el m niega todo incluso habla mal d ella y del bebe siempre que trato de hablar del asunto me dise k no sabe nada que no quiere hablar de eso estoy desesperada no se k aser ella me dise k ellos llevaban ya dos anos d estar saliendo y konmigo un ano y medio k ago???
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