jueves, 8 de noviembre de 2007

DEVORADORES DE CARNE HUMANA

Dedicado al par de buitres que han revoloteado en el último año

Los devoradores de carne humana viven por allí, muy cerca de su casa. Con precaución, asómese y de manera inadvertida los verá moverse con su sombría alma, con la sonrisa sardónica, y lo saludarán amables, aparentando cierta sinceridad que resultará confusa.

Están por todas partes…, mire con detenimiento a la señora de la tienda, concéntrese en el vecino de al frente, mire a su compañero de oficina, a ese que tiene su escritorio cerca al suyo, a veces pueden hacerse pasar por el vigilante, la mujer que hace el aseo en su casa, pero sobre todo y con frecuencia, los devoradores de carne humana se esconden detrás de personas que tiene muy cerca de usted, algunas veces se hacen pasar por amigos, tienen acceso a la información, le prestan un hombro para llorar y conocen sus más profundos temores.

Los devoradores de carne humana son aquellas personas que viven de la crisis entre las parejas, son aquellas que avivan el fuego de los conflictos. Se deleitan llevando y trayendo información, haciendo comentarios sutilmente destructivos y envenenando su corazón para que tome las peores decisiones.

Generalmente no tienen vida propia o cuando la tienen, se sienten tan frustrados con ella, que de alguna manera tratarán de arrastrar al purgatorio cualquier otra relación sobre la que puedan influir negativamente. Si usted quiere descubrir a un devorador de carne humana cerca de usted, tenga en cuenta lo siguiente:

Son aquellos que siempre dicen que lo están haciendo por usted, pero cada vez que tienen la posibilidad de entregarle una información sobre el comportamiento de su pareja lo harán, dirán algo así como: “Qué raro, estaba acompañado de una mujer muy bonita” o “La vimos bajarse de una camioneta a las 10, ¿acaso ella no está en la oficina a esa hora?”, de una delicadeza magistral siembran la desconfianza, les fascina poner tierra fértil para que crezca la incertidumbre.

Algunos devoradores, son más descarados, de frente podrán decir algo así como “No quiero alarmarte, pero abre el ojo” Si uno analiza el discurso, todo es una farsa, por supuesto que quieren alarmar, quieren que la gente agonice, que sufra, porque no ayudan a resolver el conflicto, sólo ayudan a crearlo.

Esconden sus oscuras pretensiones detrás del consejo, ellos aconsejan…, sólo que siempre aconsejan algo venenoso. Son grandes escuchas, pero sólo para poder luego hacer sugerencias que harán que usted acabe con su relación de pareja o que termine distanciándose de manera irremediable.

De vez en cuando acuden a otras técnicas más elaboradas, como por ejemplo hacer llamadas anónimas para dar información, usar el terrorismo telefónico, correos electrónicos con nombres inventados, fotografías y cualquier evidencia que le indique a usted que algo malo ocurre con su pareja.

Los más perversos pueden tener influencia sobre las dos partes, lo que hace mucho más efectivo su trabajo como devoradores. Por eso hay que cuidarse de figuras como padrinos y madrinas de los hijos, amigos en común y suegras, porque si tenemos la mala suerte de que alguno de estos personajes sea un devorador de carne humana, lo más probable es que nuestra relación de pareja se vuelva un infierno.

En el Otelo de Shakespeare, el papel de los devoradores de carne humana, lleva a la desgracia de la pareja. La influencia de Yago sobre el moro de Venecia, hace que éste le de muerte a Desdémona. En sus obras, Shakespeare es capaz de plasmar la naturaleza humana y muestra como bestias como estas se convierten en un factor de riesgo para la violencia. Los devoradores de carne humana se alimentan de la carroña de las relaciones. Son animales carroñeros que se posan cerca de las relaciones de pareja en crisis, ellos mismos ponen el detonante, y si la pareja no es capaz de advertir su presencia, sólo faltará esperar, en poco tiempo de aquella relación sólo quedarán despojos.

No quiero sembrar pánico en la audiencia, no quiero generar una sensación paranoide…, guarde la calma. Existe una manera ancestral de protegerse de estos depredadores…, simplemente no los escuche. Tenemos que aprender a descifrar nosotros mismos lo que pasa en nuestra relación de pareja, y tenemos que aprender a comunicarnos mejor y a confiar más. Si usted cree que su pareja le engaña, créalo por usted mismo, pero no se deje llevar por un engendro que se hace pasar por amigo, pero que en el fondo guarda las peores intenciones.

Nota: usted mismo puede ser un devorador de carne humana…, sí, usted, de aquellos que viven de la carroña de las relaciones y ni siquiera así es feliz. Puede mirarse al espejo e intentar descubrirlo, es posible que el deterioro de ser un alma en desgracia se le empiece a notar en el semblante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"...A algunos hombres (y mujeres por supuesto) los disfraces no los disfrazan sino los revelan..."
Un artículo pertinente, me hizo recordar a varios buitres que en vez de dar miedo..dan pena.
N.T