sábado, 18 de agosto de 2007

EL SUBLIME PLACER DE LO INNOMBRABLE

“Recorre la nariz, los labios, el cuello, los hombros. Contornea la espalda y desciende hasta las nalgas. Luego roza el pubis y, con lentitud, uno de los dedos inquieta la cálida humedad. Entonces, antes del súbito vacío, una voz, en algún rincón de la casa, comienza a decir un poema”
El rito, Pablo Montoya



Leyendo un texto de la lacaniana Susana Bercovich, me encontré con un interesante análisis del sexo en la modernidad: Al parecer Foucault advertía que la represión no se expresaba únicamente en la restricción, también una forma de represión se expresa en la distorsión que hipertrofia, que es justamente lo que ocurre con la sexualidad en la vida moderna. Pasó de ser el terreno de acceso denegado, a lo que Bercovich se ha atrevido a llamar “la superproducción de sexo”.

Sexo que se vende, que se agencia, la lengua dentro de la boca del otro, el encuentro de una noche, el placer, la propuesta ágil, la diversión, el placer…, sexo que no se involucra, que no se enreda, que no vincula, sólo la supuesta búsqueda del deleite, del frívolo hedonismo del placer, otra vez del placer por el placer.

Risas, alcohol, dos cuerpos que se encuentran, voces jadeantes que a veces ni conocen sus nombres, pechos desnudos que se tocan, que se muerden, que sienten el calor, la música, la respiración agitada, las palabras obscenas, pero pechos que no se comprometen, almas desconocidas en un purgatorio de lo intrascendente. Y a la mañana siguiente se enciende la luz y la función ha acabado, sólo quedan ecos que se borran con el tiempo. Se visten los cuerpos y queda el recuerdo que al paso del reloj se vuelve borroso, porque existe un vínculo entre la memoria y el afecto, y lo que no se ama o no se odia, ni siquiera se recuerda.

En estos tiempos, en los que existe una búsqueda desesperada por el placer sexual, en la que parece no ser necesario ni el romanticismo, ni el amor, ni nada, se súper produce sexo. Sin embargo, lo único que se tiene es una visión limitada de lo que significa el placer, porque no hay placer sexual más bello y más sublime, usando las palabras de Burke, que aquel que se siente por la persona que se ama, aquella persona que aún cuando no nos toca sigue impregnada en nuestra piel.

En los últimos años aprendimos a nombrar con palabras lo innombrable, conocemos qué es un orgasmo y nos sentimos con derecho a sentirlo, e incluso a exigirlo. Hablamos de la erección y promocionamos productos para mejorarla. Aquello que sonrojaba a las abuelas, se ha convertido en programa de televisión. Dejamos de lado muchos de nuestros prejuicios, pero le dimos apertura a la creencia de que la libertad sexual estaba determinada por la posibilidad de tener sexo de la misma manera como se pide un domicilio de comida rápida, sin la más mínima trascendencia.

Una propuesta o incluso sin ella, vamos a la cama como ir a la mesa, y algunos, como Tomás en La Insoportable levedad del ser de Kundera, le ponen más problema en dormir con una persona que en tener sexo con ella.

En búsqueda de la tan anhelada libertad, no nos hemos dado cuenta de que no existe mayor prisión esclavizante que aquella que nos atrapa en los brazos de alguien que no amamos, que no hay soledad más devastadora que aquella se siente cuando nos acompaña en la cama alguien que no nos ama.

Camino a la liberación sexual, en las puertas agobiantes del siglo que apenas comienza, el orgasmo, la erección y todo ese conjunto de sensaciones placenteras, no son otra cosa que un manojo fisiológico de la respuesta de nuestros cuerpos a la caricia, que nos somete cuando no nos ama y que nos hace infinitamente felices cuando nos vincula y nos reconoce amorosamente.

A pesar de haberlo dicho todo y de haber sido capaces de llamar cada parte del cuerpo por su nombre, cada fluido, y llenarnos de palabras de lo prohibido, volvemos a quedarnos mudos, porque cuando nos encontramos con esos ojos que amamos, que nos enseñan a mirarlos de frente cuando nos aman, y que aún cuando cerramos los nuestros siguen allí, descubrimos que no hay orgasmo más eterno que aquel que nos sale desde el pecho, que nos llena de vida en la pequeña muerte, y que nos pone con el alma desnuda frente lo que es absolutamente innombrable.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Claudia: definitivamente eres la mejor, me encantó mucho este blog por lo que me identifico con él, ya lo he compartido con varias de mis amigas y amigos y tambien les pareció super wahoo. Espero me puedas seguir enviando mas de tus blogs. Este último y el de "Esposas, compañeras y amantes" me han hecho reflexionar por el verdadero significado que tiene la mujer en la sociedad.
Atentamente, Ingrid Caparroso R.

Anónimo dijo...

definitivamente escribes piel dejando rezagos de alma....describes lo indescriptible y es facil imaginar que sientes lo profundo que se vislumbra que sientes.......

marioarq dijo...

DESNUDA

Te quiero desnuda,
cuando te percibo cautiva
en los apasionados versos de esa canción.

Cuando en bálsamos y pérfumes
en silencio te acaricias
y tu cuerpo envuelvo en mis sueños.

Cuando con tu risa loca
compartes el aroma de tus cabellos,
mentira baldía para enmascarar tu mirada.

Cuando coqueta y altanera
agitas tu cuerpo vehemente
al líbido de la música.

Cuando finges dormida.
Cruel intento que humilla, desertando
el ímpetu desolado que te hiere.

Te quiero desnuda,
cuando se acaban las excusas.
Y como ayer, Desnudos hacemos el amor.

Anónimo dijo...

mier....que romanticismo

Anónimo dijo...

Me gusto el articulo, aunque lo estoy leyendo en un pequeño descanso y toda mi actividad cerebral esta en el proceso de digestion y lo que lei, al hacerme recordar vivencias (unas por las circunstancias nunca las recordadare pero sali sin daños afortunadamente) me puede dar una congestion. Hay momentos donde se que he ido a la cama por venganza y la persona mas perjudicada era yo, en todos los sentidos. Venganza hacia la persona que creia amaba, ufff menos mal creo que cada dia estoy aprendiendo a amar, es un proceso pero me quiero morir amando como ame por primera vez y como no lo he a vuelto a hacer en mi vida. A veces me engaño y creo que he seguido amando, y que hoy medioamo. Lo que si se es que me puedo dar como una persona bien servida que se ha sabido sentir amada, no una persona controlada y del todo como controladora ni celosa en extremo. A quienes he creido amar, y que a pesar de esa forma extraña de amar que he ido cambiando, han sido felices a mi lado, esas personas con las que he podido seguir teniendo contacto aun lo dicen y recuerdan momentos muy gratos vividos. Si se lo que es la entrega, todo no es control siempre, hay detalles sencillos donde sentimos que volamos al lado de esa persona y que somos honestos en ese momento. No es solo pasion, si involucra sentimiento. Vengarme me dolio despues, siempre me dolio. Senti si sentia por supuesto y creia que disfrutaba pero era un placer que no llenaba. Alejandra Guzman en su pinche cancion "Hacer el amor con otro" lo medio sabe expresar. Estoy en unos dias donde debo decidir sobre una relacion porque me estoy encarretando fuertemente con alguien y no quiero que escuchen por mi "Corazon Partio" o "Te conozco" y yo despues no quiero decirle escucha "A puro dolor", "Tabaco y Chanel" para que nuevamente esa persona delicadamente, tiernamente me envie "Me enamoras". No se lo merece y yo tampoco. No es ir a la cama es hacer el amor. Pero no quiero ser infiel, y siento que con el pensamiento ya lo he sido con alguien que solo puedo desear, ni siquiera ver (rompe todas las reglas) y con otra persona a quien tengo tan cerca que corro un riesgo.
Dra Ud escribe con el alma y sin tapujos, pero muy delicado.